Existe una antigua tradición en el pueblo donde nací (Gavà) que es la peregrinación a la Ermita de la Mare de Déu de Bruguers durante el lunes de Pascua, o día de la Mona, que es además día festivo en Catalunya. Mi familia y yo, pese a no ser católicos devotos, la llevamos realizando muchos años con más sentido lúdico que otra cosa aunque hemos fallado algunas veces. Antaño, se solían congregar decenas de personas en peregrinación pero conforme han ido envejeciendo los que observaban la costumbre, la tradición ha ido perdiendo fuerza. Ahora los pocos que se acercan a la ermita son ancianos acompañados en coche por sus familias que llegan para escuchar la misa impartida por el mossèn y se vuelven a casa a la hora de comer. Tras la misa se acostumbraba también a comer en las inmediaciones, bailar sardanas y subir al Castillo de L’Eramprunyà que data del siglo XIV.
La actividad tradicional de la peregrinación a este lugar data de la Edad Media pero el lugar donde se llevaba a cabo la devoción cristiana por aquél entonces era una ermita mucho más antigua que se encuentra en este momento inaccesible. Está en ruinas desde la Guerra Civil y ahora es objeto de excavaciones arqueológicas.
Según cuenta la tradición, la imagen original de la Virgen o Mare de Déu (Madre de Dios) fue hallada por casualidad por un pastor en una cueva justo encima de la ermita original durante el s. XII (digo «imagen original» porque la que conservan ahora es una talla más reciente). El pastor quiso llevarse la imagen y enseñarla a sus allegados. La metió en su zurrón y la ató de uno de los brazos de madera de la Virgen pero al llegar al pueblo se percató que la imagen no estaba; sólo quedaba el brazo roto de la figura. Volvió a la cueva y allí se encontraba como si nadie la hubiera tocado pero con un brazo menos. Se llegó conclusión que la voluntad de la imagen era permanecer en el lugar y como era deseo divino, se resolvió construir una ermita justo encima de la cueva donde había aparecido la misteriosa figura. Esta leyenda entronca con otras muchas de similar contenido en tierras catalanas. Sin ir más lejos, la Virgen de Montserrat también fue encontrada supuestamente en una cueva por unos pastores.
El origen del topónimo Bruguers vine del lugar donde crecen los brucs que son los brezos en castellano (arbustos del género Erica). Puedo dar fe que el lugar es abundante en este tipo de arbustos aunque no les hice fotos porque no era una planta que llamara la atención en esta época. (Por cierto, los brucs ,en concreto la especie Erica Scoparia, eran utilizados para hacer escobas com las de las brujas y algún filólogo ha querido ver entre bruc y bruixa alguna relación)
La historiografía oficial indica que este tipo de imágenes fueron escondidas en cuevas para protegerlas de las «hordas» musulmana lo que, a mi entender, contrasta con la casi inexistencia de figuras de Cristo halladas en las mismas circunstancias (digo «casi inexistencia» porque yo no conozco ninguna pero puede que las haya).
Según el legendario popular, las cuevas en Catalunya son hoy – como fueron en la antigüedad- morada de las «Encantades» (o Goges, Aloges, Païtides. Son los nombres que reciben las hadas y ninfas en tierras catalanas) . Estas criaturas también habitan en fuentes y cursos de agua dulce escondidos en la espesura de los bosques. Generalmente, estos espíritus tenían como reina a otra ninfa de que las gobernaban, denominada Reina o Mare de las Encantades. -Otro día me extenderé en los atributos y simbología de estos seres-. Estos datos extraídos de la tradición popular atestiguan, según mi opinión, un culto ininterrumpido de espíritus femeninos en este tipo de lugares.
Lo que es también sorprendente de Bruguers, es que existan en las inmediaciones de la ermita fuentes y manantiales de tipo salutífero que son aún hoy lugar de culto popular ajeno los cultos oficiales de la Iglesia aunque influidos por esta. Hay dos muy cercanas, La Font dels miracles (fuente de los milagros) y la Font del Ferro (fuente del hierro) y otra más lejana la Font dels Llorers (fuente de los laureles) que son lugar de peregrinación para curanderos. Lo que me permite sugerir, una vez más, un culto a los espíritus femeninos de las aguas. Más adelante expongo las imágenes que tomé de dos de estos santuarios.
La excursión me permitió tomar algunas fotos del paisaje de la zona con vegetación y fauna típicamente mediterráneos pero además sopesar la posibilidad de encontrar un lugar tranquilo y alejado del bullicio de la ciudad para, en un futuro, realizar mis prácticas devocionales lejos de las miradas profanas. Debido a que iba acompañado y al carácter secreto de mi creencia, no pude dejar las ofrendas que mi corazón y los espíritus del bosque, sin duda, demandaban. Que sirva de ofrenda mi pensamientos hacia ellos y el homenaje que les hago con las fotos que tomé. Aquí os dejos las fotos: Seguir leyendo